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Historia de la programacion del entrenamiento

Breve historia de la programación a lo largo del tiempo

En este artículo se hace una revisión de las teorías mas relevantes dentro de la historia de la programación del entrenamiento desde que se conoce y sus puntos clave.

En esta serie de artículos tratamos algunos conceptos mas importantes del entrenamiento de fuerza recogiendo notas del reciente libro publicado Fuerza Velocidad y Rendimiento Físico y Deportivo escrito por los reconocidos investigadores Juan José González Badillo y Juan Ribas Serna.

En muchos casos se sigue utilizando como referencia y explicación a la problemática del entrenamiento la experiencia práctica de los entrenadores: “esto me ha ido bien y esto es lo que hay que hacer”. Esta afirmación no es de caracter científico ya que no se intenta buscar las causas que han ocasionado un determinado rendimiento. Pero la fuerza del buen resultado es muy importante como para aceptar otra alternativa, por muy fundamentada que esté aparentemente.

Es bastante habitual encontrar entrenadores que consiguen buenos resultados y confiesan que realmente no saben por qué les da resultado una cosa u otra. La única razón es que “da buen resultado” (al menos en alguna ocasión). Este enfoque probablemente no se va a acabar nunca. Todos actuamos —de manera consciente o inconsciente— bajo el paraguas de una teoría, “nuestra teoría”, que nos sirve de apoyo y nos justifica —a nosotros personalmente— las decisiones que tomamos ante cualquier problemática de entrenamiento.

historia de la programación del entrenamiento

De hecho, en el deporte se actúa en gran medida por conjeturas, que hay que tender a confirmar. Muchas de las que se consideran como “bases teóricas” del entrenamiento y que se aplican actualmente no han sido comprobadas científicamente, por lo que, desde el punto de vista científico, habría que considerarlas más como hipótesis (muchas veces ni siquiera fundamentadas) que como teorías.

En la práctica, se suele considerar como teoría “lo que dice y escribe un entrenador famoso, generalmente extranjero”. Sobre todo, se sigue su “teoría” se coincide y “confirma” lo que nosotros hacemos y decimos. Esto suele crear “un cuerpo teórico” que nunca fue sometido a la constatación científica.  Esta ha sido y es la situación en muchos casos. Hay que reconocer, no obstante, que esta etapa -no acabada- del desarrollo del entrenamiento deportivo ha sido muy fructífera y que ha dado pie a la reflexión sobre el hecho del entrenamiento deportivo. Probablemente es una etapa necesaria y natural por la que ha de pasar el conocimiento científico de un objeto de estudio.

La ciencia del comportamiento físico humano no está hoy día en condiciones de dar respuesta a la mayoría de los problemas del entrenamiento. Generalmente los técnicos actuán por intuición y por lógica elemental y obtienen resultados, mientras que la ciencia trata de encontrar explicaciones a lo que está pasando. Hasta llegar a las concepciones actuales, que no necesariamente son correctas, se ha recorrido un largo camino en el conocimiento del entrenamiento, cuyas principales aportaciones se exponen a continuación.

La idea de programar o estructurar el entrenamiento deportivo aparece ya en la Grecia antigua con el Tetra

La idea de programar o estructurar el entrenamiento deportivo aparece ya en la Grecia antigua con el Tetra. El Tetra o plan de cuatro días, determinaba la secuencia de entrenamiento. El primar día se realizaba un trabajo suave, seguido de un día con un trabajo de alta carga, otro muy suave y finalizaba con otro de mediana carga. Los participantes en los JJOO debían entrenar unos 10 meses y hacer algunas prácticas de competiciones antes de la llegada de los juegos.

Posteriormente hay una larga etapa en la que el deporte tiene poca relevancia en la sociedad. A finales del sigleo XIX y principios del XX el tiempo de preparación de los deportistas era de 2-3 semanas, y 5-6 semanas se consideraba un tiempo muy prolongado. Unos años después, en 1916/17, Kotov propone la necesidad de realizar el entrenamiento de manera ininterrumpida y dividio en ciclos mas o menos diferenciadios: entrenamiento general, preparatorio y especial. Aboga por un universalismo deportivo sin rechazar totalmente la especializacion.

En 1922, el ruso Gorinexskii se opone decididamente al “universalismo deportivo”: no se pueden practicar todos los deportes y competir en todos. Esto impide la mejora del rendimiento deportivo. No obstante, admite que el desarrollo general y armónimo del deportista es condición necesaria para la especialización deportiva.

Poco después, Birsin intenta concebir el entrenamiento desde la prespectiva de las leyes que se observan en el desarrollo del organismo: la intensidad hay que elevearla hasta alcanzar una carga óptima, la fatiga no es un fenómeno biológico perjudicial para el rendimiento y debe darse una alternanacia racional de la carga y la recuperación. Propone una etapa general y otra especial, con la necesidad de aumentar la intensidad en la etapa especial. Sobre las mismas fechas, L. Mang propone el entrenamiento durante todo el año, que los objetivos de acondicionamiento corporal y ténico se realicen de manera simultánea y que los deportistas compitan 20-30 veces al año.

Gorinexskii: no se pueden practicar todos los deportes y competir en todos.

En 1930m el finlandés L. Pihkala propone una serie de normas, algunas de las cuales todavía podrían considerarse vigentes:

  • La alternancia de carga y recuperación,
  • Ritmo ondulante de la carga durante días, semanas, meses y años,
  • La carga debe disminuir progresivamente en volumen y aumentar en intensidad,
  • Todo entrenamiento especifico debe basarse en una amplia condición física general,
  • Incluye un periodo de 3-4 meses de recuperación.

En 1939, el ruso Grantyn recoge las ideas generadas de finales de los años 20 y principios de los 30 e intenta enunciar los rasgos esenciales de lo que posteriormente se conocerá como “periodización” del entrenamiento: divide el ciclo de entrenamiento en tres periodos: 1) el de preparación, 2) el principal y 3) el de transición.

El primero para crear las condiciones para la especialización, el segundo para aprendizaje y perfeccionamiento de la técnica, aplicación de cargas específicas, consecución y mantenimiento de la forma deportiva, y el tercero para la recuperación. No determina la duración de los periodos porque piensa que pueden ser muy distintos según las especialidades deportivas. Se puede considerar que el entrenamiento ya es ininterrumpido porque el tiempo de descanso es mínimo.

Grantyn enuncia los rasgos esenciales de la periodización

En 1946, Dyson propone cinco periodos desde septiembre a agosto en la preparación para los especialista en atletismo:

  1. Sin competiciones (preparatorio) Septiembre a Marzo 6 meses,
  2. Precompetitivo (comienza la preparación especial) (marzo),
  3. De competición de nivel medio (para conseguir la forma deportiva óptima) (mayo a mitad de junio),
  4. De competiciones principales (mitad de junio-julio), y
  5. Postcompetitivo (mitad de julio final de agosto).

En 1949, N.G. Ozolin, propone una serie de ideas:

  • Planes detallados en etapas y ciclos semanales y su relación con cada periodo,
  • En el periodo de transición no se debe interrumpir el entrenamiento ni cambiar el entrenamiento a otra disciplina,
  • El proceso de entrenamiento se presenta como una especialización que dura todo el año, basada en una formación corporal polivalente (aquí surge una aparente contradicción entre “especialización que dura todo el año” y “basada en una formación corporal polivalente).

Figura 1, Esquema general de la propuesta de Ozolín (años 40-50).

En 1950, Letunov da un avance científico a la concepción del entrenamiento al considerar la respuesta biológica como referente para la planificación de entrenamiento:

  1. La planifiación del entrenamiento en periodos en función de la temporada (condiciones climáticas, fechas de competiciones…) es erróneo (Ozolín se oponía a esta opinión),
  2. El entrenamiento debe planificarse en funcion de los cambios de los estados de entrenamiento, es decir de las adaptaciones biológicas. Propuso un test para controlar el estado de forma del deportista que consistía en medir la frecuencia cardiaca y la tensión arterial mientras se hacían unas series de skiping.

Adaptando las teorías sobre el síndrome de adaptación de Selye, Matveev, en los años 50 y 60, desarrolló una estructura completa de enrtenamiento para un año entero que dividió en tres grandes :

  1. Fase del desarrollo de la forma
  2. Fase de mantenimiento,
  3. Fase de reducción temporal de la forma.

La influencia de Matveev hizo que el término “planificación del entrenamiento” fuese sustituido por el término de “periodización del entrenamiento”

El libro escrito por Matveev titulado “Periodización del entrenamiento” publicado en 1965, tuvo un gran impacto entre los técnicos deportivos de todo el mundo porque casi no existían hasta entonces publicaciones sobre el tema y porque los deportistas olímpicos rusos obtenían por aquel tiempo grandes éxitos internacionales. El éxito y la influencia del libro de Matveev fueron tan extraordinarios que el término “planificación del entrenamiento” fue sustituido por el término empleado por Matveev de “periodización del entrenamiento”.

Sin embargo, las teorías desarrolladas por Matveev se orientaban a la preparación de deportistas que solamente tenían que competir en “óptimas condiciones” una vez al año. Cuando aumentó la necesidad de competir mayor número de veces al año estos planteamientos no podían responder a las nuevas necesidades.

De la primera concepción de la programación o periodización del entrenamiento propuesta por Matveev podemos destacar las siguientes características:

  • Muchos meses de “preparación” para una etapa reducida de competición con algunas competiciones preparatorias y una fundamental. .
  • Una fase muy prolongada de aumento de volumen e intensidad.
  • Mucha importancia a la “preparación general” de “base”.
  • Preparación condicional y técnica separadas.
  • Muchos meses sin entrenamiento específico, sobre todo en lo relacionado con la intensidad específica.
  • Una supuesta transferencia retardada del gran volumen de carga.

Figura 2. Evolución del volumen y la intensidad de un año de entrenamiento (Matveev, años 50-60).

Esta forma de enfocar el entrenamiento ha dado lugar a la creación de cierta terminología relacionada con la programación del entrenamiento, como “periodización”, “microciclo”, “mesociclo”, “macrociclo”… Esta terminología se extendió por todo el mundo, aunque muchas veces exista una gran disparidad en la extensión, interpretación y en el significado de cada uno de estos términos según quien los utilice. Quizás una de las caracteristicas más criticable de esta tendencia o etapa sea precisamente la “inflación” de terminologja acuñada sin la adecuada justificación.

Los inicios de este tipo de periodización del entrenamiento fueron popularizados por los científicos y técnicos deportivos rusos

Los inicios de este tipo de periodización del entrenamiento fueron popularizados por los científicos y técnicos deportivos rusos. La periodización consiste en la distribución en el tiempo de las sesiones de entrenamiento y de los períodos de recuperación entre dichas sesiones con objeto de obtener una mejora óptima de la marca en Un momento determinado del año La propuesta de Matveev ha sido, sin duda, la más conocida y la que más ha influido aunque ha ido perdiendo importancia de manera notable en los últimos 20-30 años.

La mayoría de las propuestas elaboradas posteriormente se han hecho casi en oposición al planteamiento de Matveev, con la intención de superar sus deficiencias. Los puntos débiles que se han propuesto en los últimos años acerca de las teorías de este tipo de planificación son que dichas teorías son meramente especulativas, nada cuantificables y llenas de estereotipos.

Horwill (1992) señala como ejemplo de poca consistencia que dichos teóricos insisten frecuentemente en sus escritos sobre la importancia de obtener el pico de forma en el momento adecuado, pero nunca señalan el modo práctico de obtenerlo. Asimismo, indica que el lenguaje empleado en la teoría de la planificación del entrenamiento suele ser complicado de entender para los deportistas y los entrenadores porque la nomenclatura es compleja y el lenguaje impreciso.

Horwill (1992) escribe un artículo titulado “Periodization — Plausible or piffle” (“Periodización — Plausible o tonterías”). Este autor señala lo que se suele entender cuando se habla de los siguientes términos: “macrociclo”: entre 1 y 4 años (nosotros diríamos que aún puede ser más amplio el intervalo de tiempo considerado), “mesociclo”: entre 1 y 3 meses (también aquí se podría ampliar el intervalo) y “microciclo”: entre 1 y 7 días (también aquí se podría ampliar el intervalo) e indica que la principal crítica que se puede hacer a estas bases teóricas de la planificación del entrenamiento es que dichas teorías no están demostradas científicamente ni tienen base biológica alguna.

Al ignorar los mecanismos biológicos del entrenamiento y de la recuperación, muchos de los conceptos teóricos de la planificación del entrenamiento se convierten en mera conjetura y especulación y, por desgracia, según Verkhoshansky, en diversos escritos, han sido tratados como dogma infalible.

Ignorar los mecanismos biológicos del entrenamiento y la recuperación implica que los conceptos teóricos de la planificación del entrenamiento sean conjeturas

Esta crítica de este autor puede ser correcta, pero no se conoce uná alternativa “muy científica” por su parte. Dado que no hay bases científicas, la terminología de la planificación del entrenamiento está llena de contradicciones y se resiente. Otros teóricos de la planificación del entrenamiento, como Arosjev, Vorobiev, Tschiene, Boiko, Bondarcuk durante los años 70 y 80 desarrollaron, modificaron y criticaron las teorías de Malveev.

Estas modificaciones han consistido básicamente en lo siguiente:

  • Disminuir la duración de la fase de “acondicionamiento general”.
  • Aumentar la importancia del entrenamiento específico.
  • Realizar múltiples fases y “macrociclos” a lo largo del año en vez de las tres fases en un solo “macrociclo” anual de Matveev.
  • Concentrar entrenamientos muy intensos en fases de pocas semanas de duración.
  • Tener en cuenta las características específicas de cada individuo y de cada deporte a la hora de planificar el entrenamiento.

Por tanto, a partir de los años 70 se van proponiendo algunas formas alternativas de enfocar el entrenamiento.

Arosiev, discípulo de Matveev, propone una transición mas suave desde la fase de acondicionamiento a la parte técnica, pasando gradualmente de una a otra, por lo que a esta estructura se le ha denominado “pendular”. Las características básicas son:

  1. Alternancia pendular sistemática entre carga general y específica, con aumento de la carga específica y disminución de la general a medida que se acerca la competición,
  2. Disminución progresiva del volumen general de carga al mismo tiempo que aumenta la intensidad de la carga específica hasta la competición,
  3. Entrenamiento aún no individualizado,
  4. Intento de conseguir transferencia de la carga general a la capacidad específica,
  5. Preparación condicional y técnica por separado, vi) periodos frecuentes de recuperación. Aunque se intenta adaptar en alguna medida los planteamientos previos, las características iii), iv) y v) no se considerarían actualmente como apropiadas.

También en los años 70, Vorobiev, médico, campeón del mundo de halterofilia y entrenador del equipo nacional de la URSS, fue uno de los precursores de la doble o triple “periodización” anual. Lo más característico de sus planteamientos es lo siguiente:

  1. Alternancia constante de volumen e intensidad, ¡
  2. Fases o periodos cortos (de un mes, aproximadamente) de aumento y disminución de las cargas con el fin de evitar la adaptación negativa por estabilidad de las cargas,
  3. El punto de referencia es la adaptación biológica,
  4. Los entrenamientos son muy específicos,
  5. La preparación condicional y la técnica se desarrollan simultáneamente (especialmente en la halterofilia),
  6. Pensado especialmente para el entrenamiento de la fuerza.

Esos planteamientos de podrían aplicar en la actualidad, aunque los valores de carga en el entrenamiento de fuerza serían inferiores a los que se aplican a los especialistas en levantamiento de pesas.

Figura 3. Evolución del volumen y la intensidad de un deportista (levantador de pesas) de máximo nivel (Vorobiev, años 70).

Verkhoshansky propone trabajar en “bloques” específicos para el desarrollo de la fuerza seguidos de otros “bloques” de “fuerza-técnica”

A finales de los años 70 y durante los 80, Verkhoshansky hace una propuesta orientada principalmente a los deportes llamados de “fuerza-velocidad”, pero que después se extiende a la mayoría de las especialidades deportivas. Esta propuesta indica que la fuerza se debe trabajar en “bloques” específicos para el desarrollo de la fuerza seguidos de otros “bloques” de “fuerza-técnica”.

Esta decisión obedece al hecho de haber “comprobado” que el entrenamiento de “fuerza máxima” es transitoriamente negativo para la técnica y por ello, si se deja de entrenar la “fuerza máxima” durante un tiempo, el efecto de este entrenamiento permanecerá durante varias semanas o meses y al mismo tiempo se podrá perfeccionar la técnica y la velocidad y mejorar el resultado deportivo.

La justificación de esta propuesta puede partir de un error determinado por el tipo de entrenamiento que se realice para la mejora de la “fuerza máxima”, tanto en volumen como en intensidad. Si el entrenamiento realizado para la mejora de la “fuerza máxima” es muy pesado: alto volumen e intensidad, es probable (casi seguro) que interfiera con la técnica o con cualquier otro tipo de entrenamiento, pero si el entrenamiento de fuerza no produce excesiva fatiga, no se justifica la separación del entrenamiento de la “fuerza” y la “técnica”.

Las características de la propuesta son las siguientes:

  1. El objetivo del entrenamiento al que va destinado es a la mejora de la “potencia muscular” (como hemos explicado ampliamente, no hay mejora de la “potencia” sin mejora de la fuerza),
  2. Se suceden fases o “bloques” orientados a la mejora de la “fuerza máxima” de 1-3 meses y “bloques” de “fuerza-velocidad-técnica” de una duración semejante o algo mayor,
  3. Se mantiene aia una cierta separación entre la preparación condicional y técnica,
  4. Aunque hay un cier solapamiento entre ambos objetivos por la aplicación de ejercicios que pueden influir sobre la fuerza y la técnica,
  5. No se considera aún una propuesta individualizada.

Figura 4. Esquema básico de la aplicación de un “bloque” de fuerza y el “efecto retardado” so: la producción de fuerza (Verkhoshansky, años 70 y 80). Según el esquema, se indica que e una pérdida óptima de la fuerza (la llamada fuerza explosiva, f-1…) durante el bloque de fuerza para que después haya un “efecto retardado” mayor.

Tschiene propone un entrenamiento caracterizado por el mantenimiento de una instensidad muy elevada durante todo el año

En las mismas fechas, el alemán Tschiene propone un entrenamiento caracterizado por el mantenimiento de una instensidad muy elevada durante todo el año:

  1. La carga, volumen e intensidad, se mantienen durante todo el año en valores muy elevados,
  2. Introduce un periodo de recuperacion “intervalo profiláctico” después del periodo preparatorio y antes del competitivo, e incluso dentro del competitito,
  3. Se propone la participación en un gran número de competiciones con la intención de mantener una alta intensidad y desarrollar y mantener la forma,
  4. Se utilizan fundamentalmente ejercicios especiales y de competición.

Estas orientaciones son principalmente adaptables a derportes con una alta exigencia de fuerza y velocidad y con dos grandes citas al año.

Figura 5. Evolución de la carga según P Tschiene (años 70 y 80). Volumen: línea ondulada. Intensidad: línea ondulada con círculos.

Durante los años 80 hace su propuesta Bondartchuk, especialista en el entrenamiento de lanzadores. Considera al deportista como una unidad condicional-técnica inseparable y ajusta las cargas en función de la respuesta del deportista. Los rasgos característicos de su propuesta son los siguientes:

  1. El criterio fundamental de referencia está en la adaptación biológica que diferencia a unos sujetos de otros,
  2. Esta adaptación se determina por el tiempo que necesita cada sujeto para mejorar su rendimiento o alcanzar la forma,
  3. Esto significa que el entrenamiento debe ser individualizado,
  4. El deportista es una unidad indivisible que reacciona de una manera total a la preparación condicional (fuerza, velocidad, resistencia) y a la técnica, por lo que ambos objetivos deben desarrollarse de manera simultánea,
  5. Los esfuerzos deben ir orientados al efecto específico y la competición.

Bondartchuk plantea la desaparación de la preparación general ya que es poco probable que tenga transferencia sobre la competición

Por tanto, prevalece la carga específica y desaparece la preparación general, pues es poco probable que tenga transferencia sobre la competición. Distingue distintos periodos de adaptación según las características de los sujetos, desde 2 a 7 meses o más. Esto significa que desaparece un esquema anual igual para todos los sujetos.

Los sujetos más talentosos serán aquellos que necesitan dos meses para alcanzar la forma, la mantienen un mes y en el siguiente la pierden progresivamente. Después de este periodo y un periodo de descanso de 1-2 semanas se inicia de nuevo el proceso. Estos periodos de 2 + 1 + 1 se pueden prolongar en otros sujetos con menos talento o de más edad.

Propone un cambio constante de los ejercicios entre un 20 y un 50%. Más allá de este porcentaje no es ecomendable. Estos planteamientos, que parecen son los más completos y quizás los más acertados de todos los expuestos, no tienen en cuenta que los periodos para alcanzar la forma necesariamente se han de alargar a medida que el sujeto, incluso el talentoso mejora sus resultados, y que en las primeras edades (aunque su propuesta es sólo para sujetos de muy alto nivel) la forma se adquiere muy rápidamente y se mantiene durante más tiempo.

Otra observación importante con respecto a lo que se quizás es mas cuestionable de la propuesta, es la modificación constante de los ejercicios. Esto significa olvidar el principio de especificidad.

Esta introducción sobre la trayectoria del avance de los enfoques del entrenamiento se ha hecho sin referencias bibliográficas, ya que son cuestiones bastante conocidas por muy diversas vías y publicaciones, y forman parte de la historia del entrenamiento y lo importante es que cada propuesta vaya unida a sus respectivos autores, que es lo que se ha hecho.

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